Sainte Chapelle
El pasado de la Sainte Chapelle
Con la compra de las Sagradas Reliquias a los emperadores de Costantinopla, Luis IX logró que el prestigio de París creciera a nivel mundial, convirtiéndose en la segunda capital de la cristiandad. Las reliquias costaron el triple que la construcción de la iglesia.El santuario está compuesto por dos plantas; a la capilla superior sólo podían acceder el rey y sus allegados, y fue el lugar en el que se colocaron las reliquias. La capilla inferior, mucho más discreta y menos luminosa, era el lugar de culto del personal del palacio.
Aunque durante el periodo revolucionario la Sainte Chapelle sufrió numerosos destrozos, las valiosas vidrieras lograron mantenerse a salvo gracias a que fueron cubiertas por grandes archivadores.
A pesar de haber sido construida como un relicario, en la actualidad no guarda ninguna de las reliquias que albergaba tras su construcción, sino que las que sobrevivieron a la Revolución fueron depositadas en el Tesoro de la Catedral de Notre Dame.
La capilla superior
La capilla superior de la Sainte Chapelle fue construida como un relicario monumental, por lo que está decorada suntuosamente con esculturas y enormes vidrieras que inundan la estancia de luz y color.Las quince vidrieras que apenas dejan espacio a las escasas paredes, están compuestas por 1.113 escenas que narran la historia de la humanidad, desde el Génesis hasta la Resurrección de Cristo.
La capilla inferior
Mucho más modesta que la capilla superior, la capilla de la parte baja está presidida por la estatua de la Virgen, patrona del santuario. La decoración polícroma del interior, donde predominan el color rojo y el azul trata de reproducir la decoración medieval original.En el ábside de la izquierda aún se conserva un fresco de la Anunciación realizado en el siglo XIII, que compone el mural más antiguo de la ciudad.
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